Como consecuencia del evento natural Viedma perdió su condición de Capital del Territorio Nacional de Rio Negro y su reconstrucción a primera vista parecía imposible. Sin embargo, los viedmenses apelaron a la resiliencia y no bajaron sus brazos. Reconstruyeron ladrillo por ladrillo cada casa, cada hogar que la gran inundación les había arrebatado. Lucharon para recuperar la Capital que había comenzado a funcionar en Choele Choel y lograron construir la defensa a lo largo del río para protegerse de nuevos embates del majestuoso Currú Leuvú.
Diez años después de ese episodio que marcó parte de la historia local, se inauguró el actual edificio Municipal y más tarde la primera Escuela Normal Mixta de la Patagonia.
De la inundación, los viedmenses salieron con más fuerza y más grandeza. Fue una lección de amor y compromiso hacia la comunidad, y una enseñanza para las generaciones posteriores, actuales y futuras, de que aún de las mayores de las adversidades siempre se encuentra la salida cuando hay con qué. Y vaya si los viedmenses tienen con qué.