Con protocolos sanitarios correspondientes, el gobierno de Viedma continúa ofreciendo propuestas culturales en el marco del Verano Cuidado, en esta oportunidad será la presentación de dos libros de escritores de nuestra ciudad.
Mañana, miércoles 20 de enero a las 19, en la plaza seca Misiones Salesianas (Rivadavia 85) se presentará el poemario Rostros en el Tiempo de Blanca D. Godoy, lanzado en 2020 por Vela al Viento Ediciones Patagónicas.
El jueves 21 de enero a las 19, en las Casitas de los Primeros Pobladores del balneario El Cóndor es el turno de Negros y Luminosos, un libro de poesia de Claudio Garcia, publicado por El Suri Porfiado.
Rostros en el Tiempo
Publicado recientemente por Vela al Viento, es el primer poemario que Blanca Dora Godoy publica luego de años de trabajar en diversos talleres literarios.
En él, nos invita a recoger, ordenar y releer las hojas del poemario de una vida que el viento ha desparramado al entrar de repente por la ventana de la sala. Ordenar y encontrar nuevos sentidos, pensar el tiempo desde el afecto y no desde el reloj colgado en la pared.
Este libro nos lleva a revisar el camino recorrido, la sangre, las elecciones, los ancestros, los vínculos, el dolor y los sentimientos.Pero por sobre todas las cosas nos invita a sentir el amor, el amor propio que de a poco va construyendo esta poeta madura y que poco a poco va invadiendo su palabra.
«Rostros en el tiempo»es la transformación de una mujer que se animó a soltar su voz para construirse en verbo, en verbo que grita fuerte y claro.
Negros y Luminosos
El libro de unas cien páginas contiene tres poemarios, “Cactus”, “Podador de Flores” y “Negros y Luminosos”, y significa un regreso al género luego de editar varios libros de narrativa.
Cuenta con el prólogo de Liliana Campazzo, de una extensa trayectoria como poeta, docente y coordinadora de talleres literarios, quien señaló sobre este libro que “no son asuntos simples los que tratan estos poemas, son los problemas existenciales que de cierta manera nos convierten en quién somos, pero puestos en acción desde un lenguaje cotidiano, caen sobre la mesa en las manos de la madre, o la mujer, caen como los propios días caen”.