El intendente de Viedma mantuvo un encuentro con el Santo Padre previo a la canonización del enfermero viedmense.
Antes de la ceremonia en que fue santificado “el viedmense mas bueno”, Pesatti le entregó a Francisco una carta que expresaba: “Con enorme alegría le entrego, adjunto a la presente, copias certificadas del libro de actas del Círculo Católico de Obreros de Viedma, redactadas y escritas de puño y letra por nuestro vecino santo, Don Artémides Zatti”.
En la misiva, el jefe comunal expresa que los manuscritos son un “testimonio del vecino que sirvió a la vista de todos sin pretender nada, y que sus propios vecinos consideraron un santo por su obra construida con amor y vida y por la vida de todos”.
“También quiero dejar testimonio de gratitud en esta carta, en nombre propio y de mi comunidad, por la canonización de San Artémides Zatti, patrono de la ciudad de Viedma, junto a la Virgen de la Merced, según lo dispuesto por el obispo Esteban Laxague el 3 de octubre del corriente año”, continúa.
Pesatti cuenta luego algunos pasajes de experiencias familiares vinculadas a Zatti, y en particular un episodio en el que su padre -siendo paciente del enfermero-, se cura de tuberculosis a los catorce años, “antes de la invención de los antibióticos concebidos para curarla. Recibió la extremaución. Pero sanó”.
Finalmente, el intendente de la capital rionegrina pide al Santo Padre “una bendición a mi comunidad. Necesitamos toda la inspiración de Dios para nutrir las fuerzas de nuestro corazón y demoler los muros invisibles que hoy tanto nos separan, que buscan desintegrarnos como comunidad y como personas en un contexto donde reina la agresividad a cada instante”.
“Le pido su bendición para que Viedma, la tierra donde San Artémides Zatti construyó su obra, se realice en trabajo fraternal y en alegría”, concluye Pesatti.